En 1995 Harasim, Hiltz, Teles y Turoff proponían como paradigma emergente para la educación de este siglo XXI las redes de aprendizaje. El término, acuñado por Linda Harasim en 1993 (Kearsley, 1993) para referirse al uso de redes de computadoras para la enseñanza y el aprendizaje, es concebido como un entorno de comunicación mediada por ordenador en el que independientemente del lugar, se produce interacción asíncrona entre grupos de personas conectados a una red electrónica. Las redes de aprendizaje permitirían, así, a cualquier persona, en cualquier lugar y en cualquier momento ser un alumno o un profesor, incrementando la relación entre la teoría y la práctica, entre la clase y el mundo real (Kearsley, 1993). Como hemos señalado, Harasim y otros (1995) se refieren a este nuevo modelo como “redes de aprendizaje” (learning networks), comunidades de alumnos que trabajan juntos en un entorno on-line, que están geográficamente dispersos pero interconectados, que persiguen y construyen conocimiento en un mundo asíncrono. En el ámbito educativo, esto representa un nuevo modelo de interacción entre profesores y alumnos al mismo tiempo que una nueva forma de comunicación educativa en la que se enfatiza el aprendizaje activo e interactivo, la investigación y la resolución de problemas.
Una comunidad virtual, en definitiva, viene a ser la experiencia de compartir con otros que no vemos un espacio de comunicación. En este sentido, internet constituye una amplísima red de ordenadores que proporciona a cada uno de los usuarios individuales una voz en igualdad, o al menos una igualdad en la oportunidad para hablar, es decir, para participar en la comunidad. La atracción por la red y por la participación en este tipo de experiencias viene dada por la habilidad de la tecnología para legitimar públicamente la propia expresión y por la libertad que proporciona en relación a las barreras tradicionales del espacio y del tiempo.
En definitiva, podemos considerar las ‘comunidades virtuales’ como entornos basados en Web que agrupan personas relacionadas con una temática específica que además de las listas de distribución (primer nodo de la comunidad virtual) comparten documentos, recursos…Es decir, explotan las posibilidades de las herramientas de comunicación en internet. Estas comunidades virtuales serán tanto más exitosas, cuanto más estén ligadas a tareas, objetivos o a perseguir intereses comunes juntos.
Tipos de comunidades virtuales
Podemos encontrar distintos tipos de comunidades con sus características específicas, pero puede comprenderse que no constituyen tipologías estancas y que en algunos casos donde las comunidades virtuales profesionales desarrollar una dinámica de intercambio rica y relevante en su contenido, puede derivar en una comunidad virtual de aprendizaje en el sentido de lograr un contexto del aprendizaje colaborativo que enfatiza las interacciones inter e intragrupo donde los miembros participan autónomanente en un proceso de aprendizaje, mientras resuelven un problema como grupo. Y al contrario, desde comunidades virtuales surgidas de cursos y proyectos académicos cerrados pueden desarrollarse actividades de intercambio.
Estructura y función de las Comunidades Virtuales de Aprendizaje
Hemos podido comprobar que cuando nos referimos a comunidades virtuales de aprendizaje nos movemos en un terreno ambiguo. A la hora de analizar la estructura de una comunidad virtual de aprendizaje encontraremos diferencias si abordamos el tema desde la evolución de las comunidades de usuarios y comunidades de práctica en comunidades de aprendizaje, que si lo abordamos desde la tendencia que incorpora mayor flexibilidad a las instituciones educativas mediante entornos virtuales de formación, proporcionando mayor autonomía y responsabilidad sobre el proceso de aprendizaje al alumno. Se trata, en definitiva, de diferenciar entre comunidades virtuales de aprendizaje orientadas a grupos u orientadas a objetivos.
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